Son arbustos o pequeños árboles caducifolios. Tienen hojas de color verde oscuro o intenso, de disposición opuesta y forma acorazonada.
Las flores se son pequeñas, tubulares, perfumadas y de color blanco, púrpura o lila. Florecen en primavera.
Se utilizan como ejemplares aislados y para formar setos.
La Syringa vulgaris prefiere una exposición de semisombra especialmente en climas calidos; en climas más frescos puede cultivarse a pleno sol. Resisten bien las heladas. Crecen bien en un suelo normal de jardín que contenga materia orgánica.